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El Tabalet

¿Compraría usted acciones de la CAM?

¿Compraría usted acciones de la CAM? O de Bancaja, que tanto da. Obviamente la pregunta no puede responderse porque las Cajas de Ahorro no acceden a los mercados bursátiles, y, a pesar de los intentos del Gobierno del PP al aprobar las famosas «cuotas participativas», la privatización de las Cajas de Ahorros no ha terminado de llevarse a cabo, y por lo tanto no hay títulos que accedan a los mercados de valores, y que puedan verse afectados por ese «vengador implacable» que es el propio mercado. Porque el mercado, y no hace falta ser un ultraliberal para afirmarlo, al final termina colocando a cada uno en su sitio, máxime cuando se trata de un mercado como el bursátil en el que los analistas y los inversores someten a un cuidadoso examen las operaciones de las empresas antes de recomendar la adquisición de sus títulos. Y, naturalmente, desaconsejan su adquisición cuando los gestores se han lanzado a operaciones aventureras o bien aquéllas otras a las que no se les augura un porvenir rentable. Por lo tanto si la CAM tuviera un capital dividido en acciones, estaría sometida a la lupa de sus inversores, que analizarían cuidadosamente sus decisiones.¿Y en qué operaciones se ha involucrado últimamente la CAM -también Bancaja por supuesto- que deberían servir de base para determinar un hipotético valor de sus títulos? Ya sabemos que usted está pensando desde el principio de estas líneas en Terra Mítica. Desde el punto de vista financiero no conocemos ninguna operación menos digna de tener una financiación tan generosa por parte de una entidad de crédito como el parque de Benidorm. Y no se nos diga que no tiene delito la gestión de Terra Mítica. Dietas desorbitadas, gestión ausente de profesionalidad... y ahora, en plena vorágine, una buena noticia consistente en que el presidente más inútil que imaginarse pudiera se ha visto forzado a dimitir, aunque un personaje, que empieza a dar síntomas de descerebramiento, salga en su defensa diciendo que se ha dejado la vida defendiendo los intereses de esta provincia. ¡Pues bien vamos!

Cada día conocemos más cómo se gestó el proyecto. O mejor dicho cada día se van confirmando las noticias de cuál fue su demencial concepción, y cómo lo que, en principio, era simplemente un proyecto de unos empresarios de Benidorm para completar la oferta de ocio de la zona, fue secuestrado por la Generalitat para crear una obra faraónica que Zaplana quiso convertir en algo así como el símbolo de su mandato. No hay que olvidar lo engoladamente orgulloso que se encontraba el día de su inauguración cuando nos quería transmitir la idea de que, cuando los valencianos nos proponemos algo, somos capaces de llevarlo a cabo.
Pero no achaquemos a Zaplana todos los males, a él la CAM sólo le ha concedido una hipoteca tan faraónica como este parque temático con unas condiciones que están al alcance de muy pocos ciudadanos.

La responsabilidad, como en un equipo de fútbol de 3ª División, estuvo muy repartida, aunque si hubiera que graduarla el primer premio se lo llevaría el gobierno de la Generalitat, cuyos miembros, además, presumen de liberales, pero no encuentran empacho en enterrar ingentes cantidades de dinero público en una actividad económica que debería quedar reservada al sector privado, haciendo que un escalofrío recorra los cuerpos desde el de Adam Smith hasta los de Hayek o Friedman. No olviden, por otra parte, otra actuación tan «liberal» como la pretensión de Ripoll de convertirse en «salva patrias», cursando instrucciones a las Cajas, cuando lo único que pretende es salvar la cabeza de su jefe Zaplana, lo cual resulta, cuanto menos, patético. Pero no son ellos los únicos culpables. En ese cupo habrá que incluir a los demás accionistas de referencia que cuando encargaban estudios sobre la viabilidad del parque, desechaban los de todos aquellos que anunciaban lo que muchos sabíamos, es decir que un parque de esas dimensiones, que precisara esas inversiones, carecía de viabilidad.
Y no exoneramos tampoco a las Cajas de Ahorros, que no supieron pararle los pies a los megalómanos que pretendían construir monumentos de cartón piedra como gran proyecto político. ¿Hay alguien que me pueda explicar cómo la CAM concedió créditos a Terra Mítica por tan descabellado importe de millones de euros? ¿Acaso se pensaba que se podrían recuperar? ¿O se hacían oídos sordos a la inadecuada concepción del parque y a su desastrosa gestión? Y ¿qué podemos pensar que tengan una más que importante participación en su capital social? ¿No les movieron los informes de las consultoras internacionales que desaconsejaban su inversión? ¡Dios mío, en manos de quienes tenemos nuestros dineros!
Es cierto que este tipo de inversiones, aunque no se justifique desde el punto de vista empresarial o financiero, puede tener una rentabilidad social, que puede consistir en servir de foco de atracción para otras actividades. Por ejemplo, una iniciativa pública consistente en promover un parque temático podría tener sentido si se tratara de desarrollar una zona turísticamente deprimida, pero ése no es el caso de la Marina Baja. Y además, una vez que Terra Mítica se puso a funcionar, no pareció atraer un aumento de visitantes significativo a la comarca; antes al contrario, las familias que veraneaban en Benidorm, el dinero que se gastaban en Terra Mítica, se lo ahorraban en otros gastos, como bien pronto pudieron percatarse los comerciantes de Benidorm. Hay en nuestra provincia otras comarcas que pueden entrar en recesión, como consecuencia de la crisis de sectores industriales manufactureros, y ahí sí que veríamos con gusto una acción decidida del gobierno de la Generalitat, y de nuestras Cajas de Ahorros. Pero, lamentablemente las arcas públicas valencianas están exhaustas después de tanto dispendio inútil. Por cierto que esos sectores en crisis si reciben algún mensaje no es precisamente de ánimo, pues no oyen más que su negocio es cosa del pasado y que deberían dedicarse a otra cosa.

No vamos a insistir más, por lo tanto, en cuál es el desdichado destino de algunas de las inversiones de la CAM, pero queremos dejar claro y diáfano que aplaudiríamos que de ellas se obtuvieran beneficios para una comunidad, aunque no hubiera beneficios financieros. Pero ése no es el caso de su inversión en Terra Mítica. Ni por cierto el de otras operaciones recientes como el préstamo de 630.000 euros a Tabarka, un grupo mediático-empresarial al servicio del Partido Popular y de viabilidad más que dudosa (recuerden el affaire de Aguas de Valencia).
Recientemente, sin embargo, parece que ha habido un hecho que parece haberle dado un balón de oxígeno político a quienes reclaman mayor intervención de los poderes públicos y las Cajas de Ahorro para salvar Terra Mítica. Se trata de la operación realizada por la Caixa para ayudar a Port Aventura, con el beneplácito del gobierno catalán. No vamos a obviar que entre ambos casos existen diferencias (por ejemplo ese proyecto está en una zona turística a la que se quería promocionar, por no estar saturada, y además su gestión económica no resulta tan catastrófica como la del parque de Benidorm), pero aun así se le puede callar la boca a quienes tal argumento aducen, porque, al fin y al cabo, si en Cataluña se ha hecho algo mal, ello no justifica que aquí se imite.
Por cierto que cuando escribimos estas cosas nos vienen a la memoria lo que decía Muñoz Molina referido a la guerra de Troya. Se le tenía más temor a la mítica Casandra cuando anunciaba los desastres, que a los enemigos de la ciudad que se apresuraban a destruirla.

Colectivo "El Tabalet"

3 comentarios

trabajador de la CAM -

Los actuales gestores de nuestra Caja son unos incompetentes, plegados al poder político valenciano, que solo están interesados en fusionar esta Caja, que era un poco de todos los alicantinos, con Bancaixa, con lo que se perderán miles de empleos. Eso algunos, porque otros sólo están interesados en sus propios negocios, y a ver lo que sacan, sobre todo si se venden empresas, cono CAM Agrícola, con muchos terrenos en sus activos,

kalimero -

Yo sí que lo leí, y comprendo perfectamente vuestra preocupación. Alguien debería tomar cartas en el asunto. Una entidad como la CAM no puede jugar tan frívolamente con el futuro de sus empleados.

empleado asustado -

Los empleados de la CAM estamos asustados por el futuro de nuestros empleos y los fondos de pensiones. No sé si leisteis un artículo que escribió Luis Prats en Información. Refleja el sentir de los trabajadores responsables.