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El Tabalet

Toma el dinero y corre

Toma el dinero y corre En un tiempo pasado, mientras el Presidente de la Generalitat catalana era Jordi Pujol, se criticó con mayor o menor fortuna el que se denominaba “método Pujol”, que venía a responder al principio de que el Estado recaudaba y la Generalitat gastaba. Es decir unos cargaban con la impopularidad de sacar el dinero a los ciudadanos, y otros con los beneficios de cubrir las necesidades de los ciudadanos. Ha pasado el tiempo y parece que ese modelo sigue siendo añorado por algunas de las Comunidades Autónomas gobernadas por el PP, y así se ha puesto de manifiesto con ocasión del debate sobre la financiación sanitaria.

De nada sirve para estos señores que la sanidad haya sido una competencia tiempo ha transferida a las Comunidades Autónomas. De nada sirve que el déficit sea, no siempre, pero si en ocasiones, producto de la mala gestión que se hace de los servicios. De nada sirve que algunas Comunidades Autónomas – como, ¡ay, la nuestra!- dediquen los dineros públicos a coros y danzas o a proyectos con escasa rentabilidad social y, además, destinados a la quiebra. Nada de eso sirve. Si falta dinero para sanidad, tiene que ser el Estado el que lo ponga.

Y cuando a pesar de todo, cuando a pesar de no tener obligación, ni legal ni moral ni de ningún tipo, para cubrir el déficit ocasionado por la atención sanitaria de la, en algunas ocasiones, desastrosa gestión, el Gobierno de la Nación se presta a ofrecer fórmulas, sin duda generosas, para solucionar un problema del que no es responsable, nuevamente priman en el PP los intereses partidistas sobre los intereses públicos y se hace todo tipo de maniobras para descalificar el acuerdo, o para evitar que el Presidente del Gobierno pueda aparecer como el que ha solucionado un problema. ¿No les suena esto a algo muy infantil?.

Porque al final la actitud de los presidentes autonómicos ante el dinero que se les ofrecía para la financiación de la sanidad ha aparecido, como dijo el Vicepresidente Pedro Solbes, recuerda algo así como el título de la película de Woody Allen que hoy encabeza nuestro artículo: “Toma el dinero y corre”. Más gráfico, imposible.

No sé si recordarán la película. Se trataba de la historia de un ladrón bastante patoso, en la que sus padres disimulaban su identidad con unas gafas y una nariz de esas de payaso que venden en las ferias. Pues así parecieron algunos de los responsables autonómicos al tratar de la financiación sanitaria.

Veamos lo que pasó con nuestros representantes. Mientras el Presidente Camps rechaza la propuesta del Gobierno pero acepta el dinero, el incompetente Gerardo Camps critica a los socialistas pero luego aclara que jamás oiremos de su boca que rechace absolutamente nada. Es decir, ¡toma el dinero y corre!.

Pero, a estas alturas, empiezan a asaltarnos las dudas. Porque tal vez antes de hablar de la financiación habría que debatir sobre dos cuestiones. En primer lugar sobre en qué gastan –dilapidan más bien- nuestros dineros quienes nos gobiernan desde Valencia, y en segundo lugar habrá que plantearse cómo gestionan estos señores la sanidad en esta comunidad. Es cierto que se jactan en decir que en ese campo hemos sido pioneros, pero la realidad es que en lo único en lo que hemos –han- sido pioneros es en privatizar servicios sanitarios. Y si no, que se lo pregunten a unos de los concejales del PP de esta ciudad. ¿Quien tiene la concesión de los scanners?. O las razones por las que se desvían pacientes a clínicas privadas aunque queden camas libres en las públicas. Y aún así son capaces de generar el enorme déficit que han producido.

Pero claro, cuando ocurren ciertas cosas, no nos extrañamos que pase lo que pasa. Resulta que ahora nos cuentan que en los hospitales de Alicante han contratado un servicio de atención al paciente –privado por supuesto- formado por unas azafatas en urgencias que intentan informarnos de nuestro tiempo de espera. Sin embargo, estas chicas, más experimentadas en congresos y convenciones, (por cierto ¿alguien se acuerda de que van a construir un palacio de congresos en Alicante?, o acaso el recurrente tema de Rabasa ha ocultado cualquier otra noticia) que en atención a los pacientes, tienen que recurrir a la funcionaria que estaba antes haciendo ese papel. Con lo cual, para entendernos mejor, ahora con nuestros impuestos pagamos a una funcionaria que está preparada para informarnos y a una empresa privada que tiene a unas empleadas que deben cubrir su desconocimiento con el acceso a la información que les facilite la funcionaria de antes. ¡Dos por el precio de uno!. ¡Viva el derroche!.

Así es que esta es una de las maneras de gestionar las migajas que se nos da desde el gobierno central. Y creemos que debe ser bastante dinero, porque cuando gobernaba Aznar no teníamos azafatas en los hospitales.
Y es que ya, a la colapsada sanidad valenciana, solo le faltaba una nefasta gestión de los recursos. Aun recordamos aquel slogan de elecciones, soluciones,decían, ¿soluciones a qué? Si en vez de resolver problemas solo se dedican a crearlos.

Ahora se dedicaran a inaugurar hospitales que no están acabados, a poner primeras piedras de proyectos sin financiación y a privatizar servicios que funcionan bien.

Lo peor es que la verdadera enfermedad del servicio sanitario será cuando haya que pagar todos los malos vicios de estos gobernantes.

A estos del PP habría que decirles la frase del crítico y escritor británico John Ruskin: Perder el dinero es a menudo un delito; adquirirlo por malas artes es aún peor, y malgastarlo es lo peor de todo.

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