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El Tabalet

Tengamos la fiesta en paz

Tengamos la fiesta en paz Pasan tantas cosas en nuestra ciudad, que desde el anterior artículo que publicamos parece que ha pasado un siglo. El panorama político-municipal parece que empieza a moverse e incluso parece que hay quien empieza a preguntarse si hay vida después del plan Rabassa. Y es que, a falta de año y medio para las elecciones municipales y autonómicas, parece que haya quien no es consciente de que su billete es sólo de ida y quiera convertirlo en un «kilométrico» que les permita seguir como hasta ahora, es decir, toda la vida sin dar un palo al agua.

Y para que no se piense que somos sectarios y nos dedicamos a criticar al equipo de gobierno del Ayuntamiento en el que no abundan los amigos del «esfuerzo laboral», podemos dedicarnos a hablar del Grupo Socialista. Aquí, como en el poema de Gabriel Celaya, no se salva ni Dios. Y no se salva porque somos partidarios de exigir a nuestros representantes que cumplan con aquello para lo que han sido elegidos: la defensa de los intereses de los ciudadanos/ciudadanas. Y, además, eso es extremadamente exigible en los representantes de los partidos progresistas, porque la derecha -¡ay, la derecha!- ya sabemos para lo que está, y además, si alguien quiere saber para lo que está, puede comprobar lo que hace en el Ayuntamiento de Alicante, y sacar sus propias conclusiones. Pero a los grupos de la izquierda se les puede y se les debe exigir algo más. O por lo menos nosotros lo creemos así.

En estos días ha surgido con gran repercusión en los medios de comunicación la aparición de una candidatura nueva, de alguna manera propiciada por las Asociaciones de Vecinos de Alicante. Y por supuesto hay quien se ha puesto rápidamente a descalificarla en lugar de preguntarse por las razones por las que ha habido esa iniciativa. Y los argumentos de los promotores de la nueva candidatura resultan demoledores para algunos. Léase quienes han estado detrás de quien ha elaborado las últimas candidaturas socialistas, o quien ha dirigido la acción de oposición (como en el poema de Ángel González, digo oposición, ¡violentas carcajadas!) en estos últimos años.

Siempre habrá quien piense que la ausencia de alternativas de la oposición en nuestra ciudad ha provocado la aparición de un nuevo partido porque mientras sigan siendo representados por algunos, quienes tengan una visión progresista no se sienten suficientemente representados. Y eso debería inducirnos a la reflexión, si es que no nos ocurre como a algunos que parecen interesados en que nadie cambie en esta ciudad. Y no seremos nosotros quienes descalifiquemos a nadie. Al revés, debería ocupar nuestra reflexión qué es lo que ha fallado en los últimos tiempos. No nos diga lo contrario, pero a nosotros nos preocupa que gentes de izquierdas tengan que montar una agrupación electoral y alguien debería preguntarse si eso no deja de ser un dato que evidencia que alguien se ha estado rascando los pies durante esta legislatura. Y decimos los pies porque somos moderados. Y también que conste que podemos hacer excepciones, es ésta y la anterior legislatura, pero que no nos obliguen a hacer un análisis del trabajo de cada uno, porque somos capaces de hacerlo, y si a algunos les quedan colores, fácilmente se los podríamos sacar. Y basta con hacer mención a las declaraciones recientes de alguna concejala para ratificar este extremo. De modo que ¡tengamos la fiesta en paz!.

Hay que sacar conclusiones de las razones por las que el grupo municipal socialista, a pesar de los esfuerzos de algunos de sus miembros, bien es cierto que una minoría, en los últimos tiempos no ha conectado con su electorado. Y sacar conclusiones en lugar de, como ha hecho el ínclito portavoz municipal socialista, apresurarse a anunciar a una candidatura que, de triunfar, sólo contribuiría a prolongar la agonía y el triunfo del PP. Y no contento con eso, mientras el PSPV trabaja una alternativa de poder, con una conferencia política donde se ha estado hablando del futuro que proponen los socialistas en contra de la política del pelotazo del PP, quienes han estado dominando la agrupación socialista de Alicante en tiempos oscuros ( y, cielos, esperemos que ya no) se dedican a contraprogramar dando un pistoletazo de salida hacia las elecciones internas y quitando titulares a la nueva ilusión, como si fueran los populares. Y es que todo se pega menos la hermosura, y de tanto votar a favor de lo que deshacen los populares, ya parecen actuar como ellos. Y mientras unos hablan de ilusión otros nos la «roban». ¡Xe que casualidad!

Mientras Ignasi Pla hace del PSPV como el lema de la Academia de la Lengua, «lustra, pule y da esplendor», otros se dedican a que nada cambie, a eso de a río revuelto, ganancia de los de siempre. Y que conste que decimos esto no por un toque de brocha gorda. Nuestro instrumento es el «pincelín», que no por casualidad es el nombre de un restaurante en el que se producen extraños -o no tan extraños- almuerzos conspiratorios. Y si quiere más datos, al maestro armero.

Al final va a resultar que sí hay vida después del plan Rabassa, porque ya decía Groucho Marx que no es la política la que crea extraños compañeros de cama, es el matrimonio el que los crea.

P.O. Parece que los que apoyaron un plan infumable, y más ahora con la ley antitabaco, ahora quieren aparecer como salvadores de la patria. Algunos no olvidamos que por muy ofendidos que estén en estos momentos, el plan ya está aprobado.

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